Blog

¿Quieres tener un conocimiento más específico sobre tipos de patologías, cómo tratarlas y qué técnicas se deben utilizar? En nuestro blog podrás encontrar artículos con información detallada sobre todo ello.

Dificultades en la lactancia materna

Dar de mamar no siempre es fácil, y puede que tu bebé y tú necesitéis un período de adaptación.

 

Las complicaciones más frecuentes, como la ingurgitación mamaria, el dolor, las grietas en los pezones y las mastitis, suelen ser consecuencia de problemas con la técnica de la lactancia.

Ingurgitación mamaria

La ingurgitación mamaria puede aparecer a los dos o tres días del parto en ambos pechos, que se ponen tensos, hinchados y calientes. No se debe a un acúmulo de leche, sino a la congestión de la glándula mamaria. Es decir, a la inflamación debida a la dilatación vascular producida en la glándula que se está preparando para la lactancia.

Grietas en el pezón

Las grietas suelen ser el resultado de un problema de agarre que ocasiona un traumatismo en el pezón. La causa de las dificultades en el agarre al pecho puede estar en el bebé (frenillo corto, agarre compresivo por hipertonía, es decir, por una tensión muscular permanente exagerada, contracturas musculares, etc.) o en la postura de amamantamiento que condiciona el cómo queda alojado el pezón dentro de la boca del bebé.

Los lactantes con frenillo corto pueden tener dificultad con el agarre y producir dolor durante la toma. Esta dificultad puede compensarse si se les ayuda a conseguir un agarre. Valorar la boca del bebé, es de vital importancia para garantizar un buen amamantamiento.  En caso de que el frenillo no requiera de una intervención quirúrgica, el FISIOTERAPEUTA valora y plantea un trabajo intrabucal con el fin de facilitar una buena apertura de boca y un buen agarre.

La debilidad de la musculatura orbicular de los labios, es otro factor que influye en el agarre, ya que no es capaz de cerrar los labios contra la mama para garantizar una buena succión y deglución. Lo identificas si al bebé le cae constantemente la leche al intentar alimentarse.

La tortícolis muscular congénita es aquella deformidad del cuello, relativamente frecuente, que se presenta en el recién nacido o que se manifiesta durante los dos primeros meses de vida y que se asocia a un acortamiento del músculo esternocleidomastoideo. La madre o el padre pueden notar que el niño siempre tiene la cabeza inclinada hacia el mismo lado y que tiene dificultades para girar hacia el otro lado, factor importante que puede dificultar el momento del amamantamiento ya que el bebé va a presentar dificultades con uno de los pechos. Un alto porcentaje de los casos, la inclinación de la cabeza es hacia la derecha mientras que la barbilla señala hacia la izquierda.  Visualmente puede apreciarse una asimetría facial con un discreto aplanamiento del lado afecto (plagiocefalia). Si observas que tu niño puede tener tortícolis, conviene que sea explorado por su médico, habrá que comprobar si se trata de una deformidad o de una verdadera tortícolis muscular congénita. Es aquí en donde el FISOTERAPEUTA especializado en pediatría, puede jugar un papel importante restableciendo la movilidad y funcionabilidad de la región cervical del bebé.

 

 

 

 

 

 

Utilizamos cookies propias y de terceros para optimizar tu visita. No utilizamos cookies para recoger información de carácter personal.

Puedes permitir su uso o rechazarlo y cambiar su configuración cuando lo desees.

Cerrar

Más información en nuestra Política de Cookies.